No cabe duda de que unos de los personajes más “emblemáticos” de estas festividades decembrinas lo constituye el Grinch. ¡Sí, ese mismo!, el personaje central del cuento “¡Cómo el Grinch robó la Navidad!”, escrito por Theodor Seuss Geisel, conocido como el Dr. Seuss, quien también es el autor de libros tan populares como El Lorax y El Gato en el Sombrero o también conocido como “El gato garabato” (como dato curioso, en el año 1984 este autor recibió una mención especial del premio Pulitzer, por su contribución a la literatura infantil).
El personaje del Grinch, que tenía el corazón dos veces más pequeño que el resto de las personas, odiaba todo lo relacionado con la Navidad. Sin embargo, a lo largo del relato este personaje sufre una transformación cuando descubre que la Navidad es algo más que decoraciones y regalos.
Tal vez el relato del Grinch sea tan popular porque, si somos realmente francos, tal vez nos identifiquemos con él. ¿Quién de nosotros no ha sentido ansiedad por el consumismo que ha caracterizado la época navideña? ¡Hasta el pobre San Nicolás o Papa Noel debe usar tarjetas de crédito para poder hacer frente a las peticiones de los niños!
¿Quién no se ha sentido abrumado por las agendas apretadas, por el stress de encontrar regalos que se ajusten a nuestros presupuestos, por la presión que implica la planificación de las comidas y eventos familiares y laborales? No en balde, los psicólogos coinciden al afirmar que esta época de alegría y de buena voluntad, se convierte para muchos en una época de pesar, tristeza y depresión.
Lo cierto es que, si buscamos lo negativo de la época de la Navidad, ciertamente lo hallaremos y al igual que el Grinch podemos murmurar y quejarnos, volvernos fríos y cínicos por lo que vemos a nuestro alrededor.
Sin embargo, si dejamos de centrarnos en las cosas que nos desagradan y nos abruman, y logramos entender que la época de Navidad es una época de reflexión, una época de celebración y de generosidad, por supuesto que nos va a ocurrir lo mismo que le sucedió al Grinch cuando aprendió a ver más allá de la celebración mundana de la Navidad y, al igual que este personaje, podamos decir: “Quizás la Navidad no sea lo que había pensado. Quizás la Navidad tenga otro significado”.
Sólo quiero aprovechar esta oportunidad para compartir esto que me encontré en la red y que puede ayudar a que otros Grinch como yo, puedan ver la Navidad con otros ojos…..
“Que sea ésta, una época que ilumine los ojos de los niños y que pone risas en sus labios, que sea una época para elevar la vida de los que viven en la soledad, que sea un tiempo para reunir a nuestras familias, para sentir una cercanía con los que están cerca de nosotros y una cercanía también con los que están ausentes.
Que sea un tiempo de oraciones por la paz, por la preservación de principios libres y por la protección de los que están lejos de nosotros.
Que sea un tiempo para olvidarnos de nosotros mismos y encontrar tiempo para los demás.
Que sea un tiempo para desechar lo que carece de valor y para recalcar los valores verdaderos.
Que sea un tiempo de paz, porque hemos encontrados paz en sus enseñanzas, más que nada, que sea un tiempo para recordar el nacimiento de nuestro Salvador Jesucristo...
Pte. Thomas S. Monson, dic 2010."
Feliz Domingo y nos veremos pronto!!!!
Hola amiga!
ResponderEliminarFeliz Navidad y un Próspero Año Nuevo 2013!
Qie Dios te colme de Bendiciones especialmente de Salud y Sabiduría para que sigas adelante!
Un fuerte abrazo venezolano!
Gracias amiga!!! Igualmente y felices fiestas.
EliminarBesos!!1
Hola Rosi!! Gracias por tus comentarios y visita, me hice tu seguidora. Muy interesante tu cuento, justo estoy en la casa de mi hija y se lo lei a mi nieto, me vino de 10!! Bendiciones!!
ResponderEliminarGracias por tus comentarios . Recibe un cordial abrazo y felices fiestas!!1.
EliminarBesos.